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A los pies del Atlas, a unos 400 kilómetros al sureste de Marrakech encontramos Zagora. Esta población, situada en el Valle del Draa, se la conoce como la última ciudad antes de entrar al desierto. Desde Zagora aún nos quedarán unos 90 kilómetros de viaje al sur de Marruecos para entrar al verdadero desierto del Sahara.
20 kilómetros más al sur, se encuentra la población de Tamegroute. Allí se alberga una cooperativa de cerámica tradicional y una antigua biblioteca coránica. Más al sur veremos una gran escuela, donde chicos y chicas de poblaciones cercanas y kasbahs alejadas van a aprender. En la puerta de la escuela se juntan bicicletas a montones y jóvenes haciendo autostop para regresar a sus casas.
Continuando por la carretera asfaltada N9, entraremos a Tagounite. El penúltimo pueblo antes de entrar al desierto. Tagounite es un pequeño pueblo pero con gran extensión. Alrededor suyo hay unas 52 kasbahs, donde pasear por ellas es como retroceder en el tiempo. La vida en el pueblo es sencilla y muy tradicional. El tiempo va despacio, el calor abruma pero la vida permanece. Niños y niñas jugando en la calle, familias que nos invitan a tomar un té a cualquier hora del día. Hombres y mujeres trabajando en el campo, recorriendo arriba y abajo la calle principal en carro tirado por un burro o contemplando el paisaje y la gente pasar, sentados en una piedra en la orilla de la carretera. En Tagounite la vida suena a un ritmo diferente al que estamos acostumbrados en occidente. Nos guiamos por el sol y por las necesidades del momento, los relojes casi no se miran. Cada día, nada más levantarse las mujeres abren las puertas de sus casas, puertas que permanecen abiertas durante todo el día.
El pueblo transmite paz y nos recuerda que estamos a unos pocos minutos de entrar en el desierto del Sahara. A pocos minutos dejaremos atrás el asfalto y nos dirigiéndonos a un mundo cada vez más puro: el desierto, un regalo de la naturaleza que llenará de recuerdos tu viaje al sur de Marruecos.